
Con esto ha autorizado al Departamento de Seguridad Nacional y a la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) a coordinar «todos los esfuerzos en las tareas de socorro». El objetivo de esta medida es «aliviar» el sufrimiento de la población local y prestar asistencia a las autoridades estatales, locales y tribales, de acuerdo con información revelada por la Casa Blanca en un comunicado.

Solo en la zona del norte del condado de San Diego, el fuego ha quemado más de 1.000 hectáreas, derribado una veintena de estructuras y dejado, al menos, dos heridos. El incendio registrado en San Diego se suma a otros cuatro que azotan desde hace días el noroeste de Los Ángeles, donde ha dañado más de 200 edificios y provocado el cierre de escuelas y universidades, carreteras y la caída del servicio eléctrico.

«Parece que el fuego ha disminuido considerablemente en las últimas horas», declaró el capitán Jon Heggie, portavoz de la agencia estatal de protección contra incendios Cal Fire. Gracias al esfuerzo de los bomberos, el museo Getty, amenazado este miércoles por los fuegos, anunció que abre de nuevo las puertas al público, al igual que la Universidad de California Los Ángeles, que este jueves no tuvo clases.
También se progresó en el de la zona de Sylmar, también en la zona metropolitana de Los Ángeles, que desde el martes ya consumió más de 6.191 hectáreas, incluyendo 33 viviendas, aunque ya ha sido contenido en un 40%, informó Cal Fire. El incendio en el área de la ciudad de Valencia, al norte de Los Ángeles, alcanza las 2.447 hectáreas y está contenido en un 35% gracias al esfuerzo de más de 900 bomberos.