Entre enero del 2010 y enero del 2011, alrededor de 23 bebés recién nacidos murieron en el Hospital G. Parres en Cuernavaca.
Esto, a causa de una bacteria que se propagó en ese nosocomio que derivó en una recomendación hacia el Gobierno de Graco Ramírez en 2012, a inicio de su gestión para que se tomarán las medidas correspondientes.
Sin embargo, a casi seis años, el caso se volvió a repetir por lo que la Comisión de Derechos Humanos en Morelos abrió un nuevo expediente sobre el tema, informó la visitadora Aurelia Castañeda.