Cuauhtémoc Blanco, en la banca legislativa: sin iniciativas, sin discursos pero… con salario completo
El exfutbolista Cuauhtémoc Blanco Bravo, hoy diputado federal por Morena, ha pasado de los reflectores de las canchas a la opacidad legislativa. Desde el inicio de la LXVI Legislatura, el 1 de septiembre de 2024, su desempeño en la Cámara de Diputados ha sido prácticamente nulo.
De acuerdo con un reporte publicado en un medio de circulación nacional, Cuauhtémoc Blanco no ha presentado ninguna iniciativa propia ni puntos de acuerdo en lo que va de su gestión. Su única aparición en tribuna fue para defenderse de señalamientos por intento de violación a su media hermana, Nidia Fabiola Blanco. Fuera de ese momento, el silencio ha sido su principal contribución parlamentaria.
En cuanto a su participación legislativa, los registros oficiales indican que el exgobernador de Morelos ha votado en bloque con Morena en 51 ocasiones, respaldando sin matices las propuestas de la llamada Cuarta Transformación, incluidos los paquetes judiciales y proyectos de la candidata presidencial Claudia Sheinbaum. No obstante, ha brillado por su ausencia en votaciones clave sobre igualdad de género, derechos laborales e iniciativas en favor de pueblos indígenas.
Aunque la Cámara de Diputados no ha actualizado sus listas de asistencia desde febrero, se tiene constancia de que Blanco ha faltado a dos sesiones y no participó en al menos cinco votaciones importantes. A pesar de su puntualidad al pasar lista, no se le conoce participación destacada en las comisiones a las que pertenece. Como secretario de la Comisión de Deporte e integrante de otras dos, tampoco ha impulsado propuesta alguna.
En contraste con su escasa productividad legislativa, Blanco sí ha percibido beneficios económicos completos, mismos que consisten en una dieta mensual de 79 mil pesos y más de 400 mil pesos en prestaciones de fin de año, incluyendo bonos, subvenciones y apoyos por supuesta labor legislativa. A esto se suman compensaciones por asistencia, atención ciudadana y traslados.
Con apenas estudios de secundaria, Blanco suma casi diez años en la política: fue alcalde de Cuernavaca, luego gobernador de Morelos, y ahora ocupa una curul en San Lázaro como diputado plurinominal, sin haber sido electo directamente. Su llegada se dio gracias a la lista de Morena en la Ciudad de México, cuyo entonces dirigente, Sebastián Ramírez Mendoza —actual subsecretario de Turismo—, es su suplente.
El episodio más polémico de su gestión no está vinculado a un debate legislativo, sino a una solicitud de desafuero presentada por el exfiscal de Morelos, Uriel Carmona, para que enfrente cargos penales. Blanco respondió anunciando que trabajaría en una iniciativa para “proteger a los hombres de falsas acusaciones” por delitos sexuales. Sin embargo, hasta la fecha no ha presentado texto, ni contenido, ni fecha oficial.
A siete meses de haber asumido su cargo, Blanco no ha emitido propuestas relevantes, no ha fijado posturas propias y no ha ejercido liderazgo alguno dentro del Congreso. Para alguien que en el fútbol se distinguía por su garra y presencia en el campo, su papel en la Cámara Baja parece más bien el de un suplente que no toca el balón.