El hallazgo de otros 12 cuerpos de miembros de una secta religiosa en Kenia, elevó el total de víctimas mortales a 403 mientras los rescatados con vida se mantienen en 95; esto consiste en dejar de comer con el fin de morir y así encontrarse con Jesús.
Las autoridades esperan que el balance aumente, pues sigue la búsqueda de las fosas comunes en una zona de las costas kenianas, cerca de tres meses después del descubrimiento de las primeras víctimas.
Aproximadamente 613 personas han sido reportadas como desaparecidas hasta el momento y se han recogido cerca de 260 muestras de ADN de posibles familiares para averiguar la identidad de los muertos.